Entre el producto pesquero capturado por la flota artesanal que nos encontramos en plazas de abastos y lonjas de la Ría de Pontevedra encontramos el bogavante. Este crustáceo, el más grande del litoral europeo y tan apreciado, es subastado en las lonjas de Bueu (en la cual alcanzó el pasado 26 de marzo un precio medio de 13 euros/Kg) y Portonovo (en la cual alcanzó el pasado 28 de marzo un precio medio de 40 euros/Kg) pero desde el pasado 31 de marzo estará en veda por lo que no podremos ver bogavante gallego en lonjas y plazas hasta el 1 de julio.

El bogavante, de nombre científico Homarus gammarus, es un crustáceo decápodo de color azulado que puede llegar a los 60 centímetros de longitud y a un peso de 8 kg, aunque es raro que sobrepase los 40cm de longitud. Posee 5 pares de patas, estando el primer par transformado en fuertes pinzas (la derecha, de menor tamaño, corta mientras que la izquierda, más grande, tiene la función de triturar).

Son muchas las personas que confunden al bogavante con la langosta (la cual no posee pinzas) debido, en gran medida, a la traducción que se realiza del inglés de la especie de bogavante americana (Homarus americanus). La veriedad europea que tenemos en nuestras costas (Homarus gammarus) se diferencia de la especie americana en el color, ya que este posee una coloración más rojiza.

El bogavante es una especie de hábitos nocturnos, habitando en fondos rocosos cercanos a la costa, entre los 2 y los 40m, que durante el día se mantiene escondido e inmóvil, refugiándose en guaridas que construye el mismo excavando en la arena bajo las roca cuando se encuentra más cerca de la orilla. Cuando anochece, salen de su escondite para alimentarse, emplenado sus enormes pinzas para capturar peces, bivalvos, erizos y otros crustáceos.

Para protegerse del pulpo, su depredador natural, el bogavante puede asociarse con el congrio (Conger conger) y vivir junto a él en una cueva.

En cuanto a su reproducción, el desove ocurre una vez al año en verano y después del apareamiento, la hembra lleva los huevos en sus patas alrededor de 9 meses. Las larvas son planctónicas y buscan su propio territorio alrededor de 3 semanas después de la eclosión. Los jóvenes no se encuentran a menudo y muy poco se sabe sobre su comportamiento en esta etapa, se cree que viven en los sedimentos gruesos y finos de barro donde construyen madrigueras. La madurez sexual se alcanza alrededor de los 6 años de edad; tienen una larga vida ¡y pueden vivir hasta más de 15 años!.

Respecto a su pesca, en Galicia la flota artesanal emplea las nasas para capturarlo aunque también puede ser capturado con artes de enmalle, como el miño o el trasmallo.

Debido a la disminución de la población de este crustáceo, en gran medida causado por la sobrepesca, en algunas zonas se están llevando a cabo proyectos de repoblación a partir de ejemplares criados en cautividad. Recientemente la Consellería del Mar de Galicia ha efectuado una suelta de 1.500 ejemplares con objeto de contribuir con la repoblación de la especie en la reserva marina de los Miñazos, en Lira, en el Consejo de Carnota.