Los meses de verano es la mejor época para consumir jurel, sardina, caballa… en definitiva, es el momento del pescado azul pero, ¿qué diferencia hay entre pescado azul y pescado blanco?¿por qué se consume pescado azul en verano?

La principal diferencia entre pescado blanco y azul es su contenido en grasa. El pescado azul posee entre un 8 y un 15% de materia grasa poliinsaturada, el Omega 3, que posee numerosos beneficios para el organismo. El Omega 3 es muy bueno para prevenir riesgos cardiovasculares y problemas circulatorios. Además de esto, el pescado azul nos aporta proteína de calidad, hierro, yodo, fósforo, magnesio y calcio.

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En cuanto al pescado blanco, este tan solo posee entre un 1 y un 3% de grasa y es muy rico en sales minerales, yodo, fósforo, B12 y otras vitaminas del grupo B. Entre el pescado blanco más popular nos encontramos la merluza, el lenguado, el rodaballo o el coruxo.

Una sencilla forma de distinguirlos a simple vista  es por la forma de la cola, si esta tiene forma de «>» se trata de pescado azul, mientras que si su forma es recta se trata de un pescado blanco. Pero no todo es blanco o azul, existen pescados semigrasos, como es el caso de la lubina o la dorada, que dependiendo de la época del año varían su porcentaje en grasa.

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Ya sabemos la diferencia entre uno y otro pero, ¿por qué consumimos más pescado azul en verano? En verano se produce una mayor cantidad de nutrientes (debido a los fenómenos de afloramiento) que ponen a disposición del pescado azul una gran cantidad de plancton por lo que al alimentarse más acumulan más grasa y por tanto su sabor es mejor durante los meses de junio a agosto.

En definitiva, lo ideal para nuestro organismo es que combinemos entre pescado azul y blanco para poder aprovechar todos los beneficios que nos ofrecen.