Parece que todos aceptamos que el vino blanco es perfecto para cualquier tipo de pescado y marisco, pero hay muchos matices. Afrutado, cítrico, seco, crianza… Cada producto del mar tiene su pareja perfecta. E incluso en ocasiones, experimentar con el tinto nos puede salir redondo. En Galicia tenemos la fortuna de contar con 5 denominaciones de origen que nos proporcionan variedades perfectas para casar con los pescados y mariscos de nuestra tierra. Así que sólo tenemos que tener en cuenta ciertas pautas y experimentar.
Como punto de partida debemos saber que cuanto más intenso sea el sabor o el porcentaje de grasa del pescado, más vinos casarán con él. Pero debemos tener en cuenta que el vino siempre debe acompañar y no opacar el sabor del plato. Debe realzar el producto y no imponer su sabor sobre él. Toma nota de estas sugerencias:
Los pescados grasos (hasta 10% MG), como el atún, bonito o caballa requieren un blanco seco. Y este tipo de vino debes saber que también es una combinación ideal para el pulpo.
Los pescados magros (2,5% MG) como la lubina, casan con un blanco fresco y ligero, para contrarrestar con su acidez el sabor suave. Pero los más intensos, como el lenguado o el rodaballo podemos acompañarlos de un crianza.
Los pescados semigrasos (2,5 – 6% MG) como la dorada, merluza, bacalao o rape combinan a la perfección con blancos afrutados.
Y cuando hablamos de mariscos, el Albariño es el rey. Aunque las ostras, como los pescados salados, pueden sorprendernos con un espumoso.
Elaboraciones
Respecto la elaboración la recomendación también varía. Por ejemplo, el pescado crudo es mejor tomarlo con un blanco afrutado para no sumar más acidez. Los productos a la parrilla, mejor con blancos secos. Y cuando los acompañemos de salsas rojas, el vino tinto puede ser una opción interesante.
Pero como siempre, no todo está escrito. Cada paladar es único y te invitamos a probar las distintas combinaciones que te brindan las D.O. gallegas para degustar tus platos de Pescado Artesanal.